Y dicen que está mucho mejor…

Llevo viviendo en La Manga más de veinte años, y aunque hay quien dice que La Manga se está recuperando del dramático episodio vivido el año pasado, la realidad no es ésa. La Manga sigue consumiéndose entre las numerosas edificaciones que se han ido realizando con el paso del tiempo, entre la suciedad que se acumula en muchas playas y ante la barbarie que se produjo el año pasado en el mar, el cual, no pudo más y explotó.

Pero me quiero centrar en la zona donde yo resido, última parte de la urbanización Veneciola, donde también se encuentran las Marismas y el humedal de Las Encañizadas, Parque Natural, no lo olvidemos, y Zona de Especial Protección para las Aves dentro de la Red Natura 2000 de la Unión Europea. Sin embargo, es una zona que parece no tenerse en consideración, puesto que podemos ver numerosa basura campando a sus anchas. Pero es que, la playa que hay al lado, una playa estupenda de la que residentes y turistas podríamos disfrutar dando largos paseos o con nuestros hijos jugando en la arena, se está dejando perder. No entiendo cómo se puede dar lugar a que las algas copen toda la playa, produciendo, además, tan mal olor que nadie se atreve a sentarse en la arena y estar allí más de diez minutos. Pero es que he visto pasar camiones de la limpieza, allanar la arena de la playa e irse, dejando allí todos los montones de algas sucias que provocan también la aparición de decenas de mosquitos.

A todo lo mencionado anteriormente hay que añadir que hace años quitaron la única ducha que había y el aseo portátil, que solo hay un par de tristes papeleras en toda la playa y que el material informativo está roto. Y yo me pregunto, ¿qué turismo queremos que venga a conocer nuestras playas si no nos preocupamos en adecuarlas y cuidarlas como se merecen? Pero es más, ¿cómo queremos que nuestros vecinos estén satisfechos con los servicios que los ayuntamientos deben prestar a sus conciudadanos si no escuchamos sus quejas y les prestamos atención?

Viendo lo que veo cada mañana cuando me levanto y miro hacia la playa que tengo enfrente de mi casa, no me extraña la retirada masiva este año de banderas de calidad de agua de la laguna y la costa murciana.