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Sendero GR-92: Los Urrutias–Cabo de Palos

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Los residentes de las poblaciones del Mar Menor quizá no se han dado cuenta pero en la zona contamos con tantos recursos naturales que es muy difícil conocerlos todos. Desde La voz de La Manga queremos dar a conocer aquellas zonas que por su belleza o por su singularidad deben mostrarse a la luz de todos los ciudadanos. Una de ellas es el sendero GR92, un itinerario que recorre todo el litoral cartagenero y que está destinado a mostrar todas nuestras bellezas paisajísticas. Por este motivo vamos a mostrar dos tramos que recorren nuestra zona del Rincón de San Ginés para ver in situ las mejoras y los fallos de un sendero que muestra toda la fuerza que el Mar Menor nos presenta y que en ocasiones no le prestamos la atención que merece.

Comenzamos con una etapa que discurre desde Los Urrutias hasta Cabo de Palos, una caminata que no debe ser muy dura para los aficionados del senderismo pero que puede ser complicada por el tiempo para llevarla a cabo. Fácilmente se superan las tres horas. Comenzamos en la playa de Los Urrutias a las tres y media de la tarde, con una temperatura espectacular de casi 20 grados para el mes de marzo. Provisto de buen calzado, ropa cómoda y una mochila donde no puede faltar agua, fruta y algo de ropa de abrigo ya que el atardecer o los vientos de la zona puede hacer que el frío nos sorprenda en el tramo final del camino. Por delante, playa y un paseo marítimo bien cuidado que comenzamos a pisarlo. Todavía no se aprecia el faro de Cabo de Palos, pero aparecerá. Destacar que pronto vemos la señalización del Sendero con la marca de dos trazos de pintura roja y blanca que veremos durante toda la caminata.

Los pasos se suceden y pronto llegamos a los arenales de Lo Poyo, una zona donde centenares de personas a pie, corriendo o en bicicleta pasan cada día para hacer deporte. Es uno de los mejores parajes naturales de la Región donde la naturaleza le ha ganado la partida al ladrillo. Nos encontramos con la buena noticia que el saladar ha sido reforestado por varios grupos de ecologistas que hace una semana plantaron especies autóctonas como Hinojo Marino, Estrella de Mar, Taray, Cambrón o Cuernecillo de Mar en unos terrenos que son degradados por la acción de la minería. Caminar entre sus hoyos es como darle ánimos y esperar que nazcan con fuerza y que recuperen la belleza de esta zona de la ribera del Mar Menor.

Pronto llegamos al paseo marítimo de Los Nietos, por donde es raro cruzarse con alguien paseando cerca del mar. En cuestión de minutos se llega a La Lengua de la Vaca donde una pasarela de madera y carteles bien señalizados nos unen con Islas Menores al cruzar una rambla sin demasiada complicación.

Llevamos más de una hora de caminata y ahora nos adentramos en Mar de Cristal cruzando también su paseo marítimo por donde ya vamos notando la bajada de temperatura. Al poco, mediante una senda llegamos a Villas Caravaning y Playa Honda donde ya empezamos a ver al fondo el faro de Cabo de Palos. Pero antes cruzamos Playa Paraíso mediante un paseo marítimo bien acondicionado donde es normal cruzarse con gente paseando sola, con animales o corriendo. Unas mejoras que tienen poco tiempo y que han renovado el aspecto de la población. Al fondo las salinas de Marchamalo, un paraje protegido que ha aguantado el empuje de los edificios cercanos y que algunas veces podemos ver a los Flamencos sobre sus aguas. Es una zona bonita para pasear pero lo peor son los mosquitos y tenemos que aumentar el ritmo para evitarlos a pesar de que las piernas ya comienzan a resentirse.

La figura del faro de Cabo de Palos cada vez se hace más grande. Pronto llegamos a la Gran Vía de La Manga, previo paso por delante de la antigua discoteca El Palmero, y Las Amoladeras por lo que pronto llegamos a Cabo de Palos. Aunque es una zona muy urbanizada y con bastante trasiego, las marcas blancas y rojas las podemos ver en farolas o en algunas esquinas que nos muestran el camino hacia el Paseo de Levante y su majestuosa playa. En minutos ya estamos al final del trayecto, que continua por los acantilados que rodean el faro, pero decidimos parar y subir a ver las maravillosas vistas de este pueblo costero y de La Manga. Es hora de parar después de tres horas y media y casi 17 kilómetros. Son las siete de la tarde y el frio y el viento ya aparecen. Toca descansar porque la siguiente será más dura: Cabo de Palos hasta Portmán.

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Sobre La Voz de La Manga

Redacción de La Voz de La Manga.

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