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Los guateques de El Palmero [FOTOS]

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La Manga del Mar Menor, 12 MAY 2014. Wayne Smith tenía 12 años y le gustaba andar entre las dunas de arena mientras el viento de Levante le soplaba en la cara. Se pasó horas enteras sentado en esas playas vacías y se imaginaba lo que muy pocos en ese momento llegaban a vislumbrar. Eran los años sesenta y La Manga del Mar Menor era todo un desierto de arena con apenas cuatro ladrillos levantados y una pequeña carretera que en días de viento apenas se encontraba el asfalto. Han pasado más de cuarenta años y este británico de nacimiento es uno de los que ayudaron a crear una de las zonas más turísticas de España con su visión comercial y empresarial. Sus ganas de emprender le ayudaron a crear El Palmero, uno de las discotecas más conocidas de todo El Mediterráneo.

Wayne ha cambiado mucho. Ahora vive en la costa de Oro, Australia, y mucho ha cambiado desde que en los años 70 iba de un lado al otro de Europa con su música y visitando los lugares que más le apetecían. Sus padres que veraneaban durante varios años junto al Hotel Galúa le mostraron el paraíso en varias ocasiones, pero hasta que no se instalaron en la Cala del Pino de forma definitiva no decidió venir a La Manga. Meses después, decidió alquilar la parcela que en la actualidad se encuentra la discoteca El Palmero, que la levantó sobre una casa casi abandonada y que como muchos saben se encuentra en la parte izquierda a la entrada de La Manga. Lo tenía claro y la construyó con sus amigos ladrillo a ladrillo para hacerla según los gustos de la época. Tardó unos meses en terminarla y era pequeñita, pero sabía que lo que estaba construyendo iba a ser grande.

Desde 1982 no volvía a La Manga y gracias a Sandrina, una amiga que vivió aquellos locos años, quien organizó una cena con varias personas que conocieron la antigua discoteca desde el primer día. Sin ocultar su fascinación por las mejoras hechas en el local actual, Wayne no paró durante varias horas de contar anécdotas de la sala de fiestas. “Era un buen sitio y construimos una discoteca que quedó bastante chula. Eran otros tiempos y el local permaneció abierto todos los días durante cinco años. Durante el invierno una veintena de personas acudían y en verano podríamos tener más de doscientas. Era mucha gente para la época”, señaló Wainy Smith durante la cena en un inglés limitado que hacía tiempo que no practicaba. No en vano lo dejó claro durante la velada “soy una de esas personas a las que no se les da bien los idiomas”, añadió con una sonrisa.

Los años 70 estuvieron marcados por los aires de libertad de los jóvenes que buscaban en su ocio la posibilidad de no acordarse de la política o de las duras jornadas laborales. Era una época de descubrimientos donde La Manga comenzó su proyección más allá de las fronteras nacionales y consiguió el despegue turístico que le ha hecho crecer hasta nuestros días. Por aquella época ya funcionaban las discotecas de Cala Reona o La Pantera Rosa, que después fue Wannity, o La Pandereta, una discoteca del Hotel Entremares.

Las anécdotas no pararon durante la noche. Como la que vivía con el promotor y casi fundador de La Manga, Tomás Maestre, que por su culpa en muchas ocasiones cerraba más tarde de las tres de la madrugada porque así se lo pedía el empresario catalán. Su clientela era muy varias desde extranjeros que conocían por primera vez las costas españolas hasta los residentes de la zona que aprovechaban sus escasos ratos libres de trabajo para divertirse con una libertad que en aquellos año no abundaban.

El local permanecía muchas horas abiertas al cabo del día porque también organizaba cenas y barbacoas, lo que le señaló como punto de encuentro y local de referencia en la zona. Hacía lo que le pedían sus clientes, incluso en algunas ocasiones durante el invierno “desmontábamos la discoteca y nos trasladábamos a la Pandereta, en el Hotel Entremares para que mis clientes siguieran disfrutando de nuestra música” relató Smith.

Han pasado más de tres décadas pero Wayne lo recuerda como si fuera ayer todas las fiestas que organizó en La Manga. Lo recuerda como los mejores años de su vida. Ha prometido volver a la zona que levantó él y su colectivo vecinal a base de esfuerzo e ideas emprendedoras en la época, y espera volver a contar más anécdotas sobre los primeros asentamientos de la zona, aunque sabe perfectamente que la música quizás no le vuelva a traer al Mar Menor.

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Sobre La Voz de La Manga

Redacción de La Voz de La Manga.

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3 comentarios

  1. Pedro, felicidades, gran relato.

  2. Gran historia, interesante como cualquier historia venida de La Manga. Cada foto antigua de cada rincón de La Manga siempre es de gran interés

  3. Juani Liarte

    Yo fuy muchas noches de fiesta al palmero me en encamtaba pegarme la juerga en el palmero ke bonitos años ojala pudieran volver gracias gracias al fundador de esa genial discoteca

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