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La Manga del Mar Menor, 29 MAY 2014. Sico de Andrés no podía imaginar mientras hacía botellón en el Cartagonova en los años 80 que una de esas noches rodeado de sus amigos y bolsas de plástico repletas de botellas que le iba a cambiar la vida. Como cualquier joven no sabía lo que iba a depararle su futuro, pero un sábado cualquiera conoció a Sonia Vidal y todo le dio un vuelco. Desde ese momento, se centró, buscó un futuro y empezó a indagar en una nueva tecnología que se llamaba Internet y que pocos sabían de su uso. Hoy en día las grandes empresas del mundo confían en él para estar los primeros en la red. Antes de dar las claves y enseñar en medio mundo a mejorar su posicionamiento en el mundo digital, tuvo que luchar para conseguir el amor de su vida sin ningún instrumento electrónico. En la actualidad, Sonia se ha convertido en su pilar y en la organizadora de todo lo que conlleva el SEOnthebeach, un congreso que se organiza en La Manga del 20 al 21 de junio en el que participan los mejores expertos de Internet del momento.
Pero mucho antes, Sico se marchó a Londres donde estudió informática y pudo ver los mejores avances tecnológicos del momento en la ciudad inglesa. Desde ahí no le ha ido mal. Volvió a Cartagena y creó plataformas para sectores informáticos donde el posicionamiento a través de una plataforma que creó eran lo mejor del mercado y las grandes empresas se lo rifaban para intentar controlar un nuevo mercado que surgía en la red y que muy pocos sabían controlar dónde les llevaría. Sus estrategias de marketing on line a bajo coste le hizo un hueco en el panorama nacional e internacional. Sus conocimientos le llevaron a escribir el libro “Quiero que mi empresa salga en Google” considerado como unos los libros de referencia de SEO en español. El libro está escrito para empresarios que sin muchos conocimientos técnicos puedan saber por qué su proyecto no está en los primeros resultados de los buscadores y mejorar su posición en ellos.
Pero Sico, no olvidaba a Sonia y antes de crear su estilo en la red tuvo que luchar mucho, incluyendo sus años en Londres. En su cabeza siempre recordaba como pasaba los veranos con su otra gran afición trabajando en las escuelas de vela de La Manga y los centenares de noches poniendo copas en la noche manguera. Una noche el reencuentro con Sonia en el pub Molayen, en Cartagena, les cambió la vida y el plano digital y tecnológico fue secundario. Mucho habían cambiado desde que se vieron por última vez cinco años atrás, pero la chispa fue la que provocó que a los pocos años se casaran en un lugar idílico como es la playa de Calblanque, bajo la mirada de unas aguas que no han abandonado desde aquel día. Los dos forman ya un equipo que desde entonces trabajan juntos conociendo las nuevas tendencias digitales.
